Mis disculpas

Queridos amigos y amigas, lo primero que quiero decir en mi descargo por tener abandonado este blog es que estoy al borde de un ataque de nervios.

La cuestión es que vivir en el campo tiene sus muchas ventajas y algún que otro inconveniente. Por nada del mundo cambiaría la casa de la huerta en la que vivo por un piso en la ciudad, pero, ah!..., el pero…, siempre hay un pero, coño!, o incluso un porompompero. Ya lo dijo no se quién, la felicidad no existe, sólo existen momentos felices, que ya es bastante. Hasta el más desgraciado del mundo tiene su momento feliz.

Pero bueno, a lo que iba, el precio que tengo que pagar por vivir en un sitio donde ver amanecer es una gozada, donde por la noche el olor a jazmín y el canto de algún ruiseñor son placeres indescriptibles, donde al levantarte por las mañanas sólo escuchas el canto de los pájaros y la única contaminación que existe es la que deja el humo de mis cigarrillos, es que “disfruto” de una conexión telefónica de ÁMBITO RURAL, con una velocidad de transmisión de, como mucho, ¡40 Kb!. ¿Se pueden imaginar los que disfrutan de velocidades de 2 o 10, o 20 MEGAS lo que esto significa?. ¿El ADSL?, por Dios usted delira, joven. Hay veces que en lugar de fumarme los cigarrillos me los como.

Otra de mis neuras era mi odio a Windows. Tengo el ordenador lleno de basura, y no es correo basura, no, son ventanas emergentes que me va colocando el hijo de p… del Bill Gates por medio de sus actualizaciones, parches y demás puñeterías con las que intenta controlar todos los PC´s que usan su sistema operativo. A la vuelta de las vacaciones me dije: ¡Hasta aquí hemos llegado!, y sin pensármelo dos veces me fui a la tienda y compré un iMac OS X 10.4 Tiger, con una pantalla de 20” y detrás de ella la CPU que ocupa un grosor de 5 cm. Maravilloso, ¡por fin me libré de Güindous!, del monstruoso monitor y de la CPU, cajón que estorba donde lo ponga.

Todas las aplicaciones, y tiene muchas, más de las que necesito, funcionan perfectamente pero ah!..., el pero…, antes con el PC cada vez que me conectaba a Internet me daba una velocidad de conexión diferente, 36, 40 y hasta 48 Kb. Bueno, para matar unas horas vacías, vale, paciencia, que menos da una piedra. Ahora con el iMac cuando me conecto la conexión es siempre de ¡36.000 bps!. Desde luego que menos da una piedra y el que no se consuela es porque no conoce el puñetero dicho.
lA partir de ahora intentaré cumplir con todos ustedes, estimados amigos de la blogosfera, procurando mantener el equilibrio entre el sistema nervioso simpático y el antipático para que no se lien a tortas, pero si alguna vez me retraso es que me he ido a hacer una cura de sueño en un centro de Marbella que me ha recomendado mi amiga de la infancia Carmen Sevilla. No me lo tomen en cuenta por favor. Con sinceridad, echo de menos sus comentarios y las visitas que yo hacía a sus casas virtuales.

Un abrazo a todas y a todos.