Delirio musical

Violonchelista: Persona que toca el violonchelo.

Si esto es así a la señorita de la imagen se la debería llamar violonculista o violonevista, en alusión a la señora Eva, ya que el instrumento que está tocando es la imagen corpórea de la primera madre que hubo, según nos cuentan los libros sagrados.

Música: Combinación de sonidos siguiendo las normas de la armonía, melodía y ritmo. Por extensión , cualquier sonido grato al oído.

Ipso facto quedan descartadas como música las composiciones actuales cuya mejor representación es "apa me ví ace un corra" y otras similares que, sorprendentemente, gozan del favor del público hasta convertirse en iconos de la cultura musical actual.

Si, por extensión, se llama música a cualquier sonido grato al oído ¿cómo debería llamarse lo que suena cuando grita un tal Mik Jaeger (¿se escribe así?) que, además, y como señal de identidad, muestra una lengua desarrollada hasta limites que rozan lo fenomenal?.
¿Cómo debería llamarse a los sonidos que, capaces de hacer temblar las gradas de un estadio, envuelven a los asistentes a una discoteca, inconscientes ellos, y ellas, del grave peligro que corren de que les estalle la sensible trompa de Eustaquio, el delicadísimo tímpano, o el conjunto de minúsculos y frágiles, a pesar de sus metálicos nombres, huesecillos que son el yunque, el martillo y el estribo, esenciales todos para el disfrute de audiciones sensuales y gratificantes?.
Propongo algunos: Aporratamtam, machacason, infierníferal, sonogrital, voceratomix.

El actual ministro de Justicia sabe mucho de esto. ¿Dominará la jurisprudencia como el bajo?