sábado, octubre 21, 2006

Mujer anabolizada


Para llorar. No puede ser cierto lo que veo, debe ser un montaje con resultado de daños irreparables. No es posible, sabiendo de la innata coquetería femenina, que una mujer haya destrozado su cuerpo de una forma tan horrorosa. Estoy de acuerdo en que "tiene que haber gente pa tó", cómo dijo un famoso torero (no recuerdo el nombre) cuando le presentaron a Ortega y Gasset diciéndole que era un filósofo. Pero, ¿qué te habrá movido a renegar de tu hermoso cuerpo y castigarlo hasta convertirlo en algo parecido, por lo retorcido, a una rama de viejo olivo?. Con más o menos agraciada figura siempre es agradable la vista de las delicadas e insinuantes redondeces femeninas, lo que conlleva la admiración y deseo por parte del macho, condición importante para la conservación de la especie. Marianela (suponiendo que te llames así), has echado por el sumidero del gimnasio la oportunidad de llegar a ser la mujer ideal de un hombre ideal: sea un oficinista, ingeniero, lavaplatos, discjockey, médico, abogado o carpintero, incluso hasta un otorrinolaringólogo. Sinceramente, me cuesta creer que algún hombre normalito sueñe con tener un combate amoroso contigo. Tu me podrás decir " ¿Es tan importante atraer al macho, es tan importante el ayuntamiento (no el municipal), no puedo elegir mi papel en la tragicómica y convencionalista sociedad?, para mí es más gratificante tener un cuerpo sano, fuerte, no intoxicarme con alimentos manipulados, poder dormir plácidamente sin necesidad de somníferos y descargar mi estrés en el gimnasio". Pero hija mía, para ese viaje no hacía falta poner los bueyes delante de la carreta. T´as pasao un par de güertos. Allá tu con tus ensaladas de hormonas anabolizantes y esteroides.

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